Los rojiblancos disputaron ayer el partido perteneciente a la 17ª jornada de liga en el estadio Nuevo Arcángel. El partido fue un desastre para el conjunto nazarí que vio como sus posibilidades se truncaban en el primer cuarto de hora de la primera parte con el gol del Córdoba, al que no le plantaron cara en lo que restó de partido.
Los verdiblancos empezaban el encuentro dominando el juego y fue el equipo que puso la intensidad y la efectividad en el partido. El partido iba muy de cara para los locales ya que estaban teniendo ellos todas las oportunidades de cara al gol. En el primer cuarto de hora ya se iba a ver quien de verdad estaba jugando con una intensidad suficiente como para llevarse el partido, y es que rondando en minuto 16, Guilas aprovecha un centro raso de Ekeng desde la derecha que el argelino lo coloca dentro de la portería de Oier. El partido empezaba muy de cara para los cordobeses y muy mal para los granadinos que además de estar haciendo un partido pésimo y un juego lo mas parecido a chavales de alevines, no llegaban a la portería del Córdoba. El Granada intentó sobreponerse al gol encajado pero sus esfuerzos resultaron en vano y Florin poco antes del descanso, en el minuto 43 aproximadamente, hacía el gol de la tranquilidad tras el pase de la muerte de Fede Cartabria. El partido estaba totalmente cuesta arriba para los de Caparrós que intentaron acortar distancias antes del descanso, aunque no fue posible y la primera parte terminó con 2-0.
El Arcángel era una fiesta en la segunda parte ya que el Córdoba estaba consiguiendo su primera victoria en casa. El Granada puso algo mas de intensidad en el segundo periodo, aunque no la suficiente como para hacer gol a un Córdoba que los estaba pasando por encima. La mas clara de los de Caparrós la tuvo Piti, con un disparo lejano que consiguió inquietar al meta local. Sin muchas mas ocasiones y poco mas que reseñar en la segunda parte, los verdiblancos se iban a llevar una victoria cómoda en casa ante un Granada que no hizo ni por jugarle al Córdoba. El arbitro pitaba el final y el luminoso señalaba 2-0, los tres puntos se quedaban en casa.
Tras este partido Joaquín Caparrós se queda en la cuerda floja y la afición pide su destitución, aunque la directiva aún no se ha pronunciado sobre este tema. La racha sin ganar se amplía a 13 jornadas y el Granada desciende hasta la 19ª posición con tan solo 13 puntos.

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